Gira-sol La obra Gira-sol, nos regala un mundo de matices, conceptos y formas (físicas y de hacer), que en sí ya son un ejercicio de entendimiento, compenetración, respeto y armonía, en los que el todo es mas que las partes, y las partes son esenciales para la existencia del todo. Dos mundos; uno lleno de color, texturas, sensaciones, momentos e intuiciones, en los que el “instante” es la puerta de entrada a innumerables mundos, físicos y metafísicos, pasados y presentes, individuales y colectivos; otro por su parte, medible, racional y delimitado, controlado y lleno de razones. Por encima de ellos, una obra complementaria y dialógica, en la que esos dos mundos, el racional y el pasional, se imbrican para formar ese todo. El todo sin embargo, compuesto por las dos hileras “totémicas” de hielo, evidencia también, las concordancias, los lugares comunes que le dan sentido, el sentido que estos artistas hoy nos traen. Un sentido parte del Girasol como elemento unificador, y lo hace no solo como elemento poético y romántico, sino desde su misma esencia, desde su conceptualización y desde su configuración. Gira-sol, es mucho mas que una obra inspirada en una flor; es una puesta en escena, un extrapolar (casi de manera literal), el sentir, el saber y el devenir de una pareja de artistas que hoy mas que nunca, hacen parte de una aldea global, sin fronteras, sin un norte, sin un sur. Una aldea global en la que simplemente podemos y debemos compartirnos lo mejor que tenemos, y la que, como el Girasol, hay que saber danzar, manteniendo los ritmos que no nos dejen expuestos y vulnerables, pero que nos permitan recibir lo mejor y en la justa medida que podemos recibir de los otros.